El caso de un salvadoreño, Kilmar Ábrego García, deportado de forma irregular de territorio estadounidense y preso ahora en una cárcel de alta seguridad de El Salvador, calentó el ambiente.
Sobre el asunto, el jueves, el senador demócrata por Maryland Chris Van Hollen, tras gestiones iniciales infructuosas, logró reunirse con el reo, quien permanece en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (Cecot), una cárcel de alta seguridad que Trump quisiera replicar para albergar a inmigrantes.
El político estadounidense dijo que las cortes de su país no tienen pruebas de que el salvadoreño perteneciera a pandillas. ‘De hecho, un juez de inmigración encontró hace varios años que su vida estaría en peligro si él retornara de nuevo a El Salvador’, dijo.
La advertencia de Van Hollen, quien también es miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, sobre la visita de más miembros del Congreso estadounidense abre la posibilidad de que el caso levante más ronchas con el legislativo de la nación norteña.
Según trascendió, otro senador demócrata, Cory Booker, se sumó a la demanda de que Ábrego sea retornado a Estados Unidos, para lo que viajará a tierra salvadoreña, un esfuerzo al que se unirán, además, otros legisladores.
Adriano Espaillat, presidente del Caucus Hispano del Congreso; Delia Ramírez, de la Comisión de Seguridad Nacional; y los representantes Robert García, Yassamin Ansari y Maxwell Alejandro Frost, apoyan la gestión, según ellos en defensa de la Constitución.
Mientras, en la semana, organizaciones y activistas repudiaron una propuesta de un empresario militar de Estados Unidos que aspira a que el país centroamericano se convierta en el basurero de la nación norteña.
El exjefe de Blackwater, Erik Prince, propuso un acuerdo con la Casa Blanca para trasladar a decenas de miles de detenidos desde de territorio estadounidense hacia el Cecot, bajo «un esquema de privatización y cesión de soberanía».
Mientras la visita de Bukele y el tema migratorio eran centro de atención, aquí en el país transcurría la Semana Santa en medio de una ola de calor que elevó los termómetros, en ocasiones, hasta 41 grados centígrados, mientras ya el viernes fue informada la muerte de 22 personas por accidentes de tránsito y ahogamientos.
Por otra parte, El Salvador siguió sumando jornadas con cero homicidios en el mes de abril, 16 hasta el jueves, y 90 en lo que va de año y, 887 desde que Bukele llegó al gobierno.
También se espera que el 23 de abril se inicie el primer proceso en el país contra altos cargos militares implicados en violaciones de derechos humanos y masacres, en este caso por el asesinato de cuatro comunicadores neerlandeses en una emboscada en 1982.
jha/lb