Ambos fueron llamados a declarar el 7 de febrero a una estación de policía o responder a las preguntas por videoconferencia, pero no sucedió.
Wajngarten fue citado porque acompañó a Bolsonaro en el viaje que se convirtió en el objetivo de la diligencia policial.
En la ocasión, Bolsonaro sobre una moto acuática habría pasado, según la PF, cerca del mamífero, a unos 15 metros. La pesquisa es por el presunto delito de «acoso intencional».
Según la legislación brasileña, «molestar de forma intencional cualquier especie de cetáceo» es una infracción administrativa contra el medio ambiente.
Una ordenanza del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables, de diciembre de 1996, precisa que «está vedado a embarcaciones acercarse a cualquier especie de ballena con motor conectado a menos de 100 metros de distancia del animal».
El Ministerio Público Federal supervisa las investigaciones de la PF, al considerar que «las imágenes fueron tomadas desde otra embarcación y es posible identificar que hay una sola persona en la moto náutica, la cual está pilotando y grabando un video en el celular al mismo tiempo».
La investigación sobre la ballena fue utilizada por aliados para reforzar el discurso de que existe una operación de persecución injustificada e implacable contra el expresidente (2019-2022) en el aparato policial del actual gobierno.
«Cada día hay una maldad sobre mí, ahora fue que estoy persiguiendo ballenas. La única ballena que no me quiere en la explanada es la del ministerio. Es aquella que dice que yo quería dar el golpe ahora el 8 (de enero de 2023)», dijo, en noviembre, aprovechando para provocar al entonces ministro de Justicia Flávio Dino, que era jefe formal de la PF.
Anteriormente, Bolsonaro declaró ante la fuerza del orden público en causas relacionadas con la retención y venta ilegal de joyas que recibió durante como presente en viajes al exterior, cuando era presidente.
También enfrenta investigaciones por la diseminación de noticias falsas y supuestos fraudes en fichas de la vacuna antiCovid-19.
De igual manera, está bajo pesquisa por su posible implicación en los actos golpistas del 8 de enero de 2023, cuando adeptos radicales invadieron y depredaron las sedes capitalinas del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio Presidencial.
Los partidarios violentos del excapitán del Ejército pidieron en la ocasión intervención militar y rechazaron la asunción al poder del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió una semana antes su tercer mandato.
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