En una nota enviada al Consejo de Seguridad, las organizaciones pidieron reanudar la entrada de alimentos esenciales, junto al restablecimiento de la electricidad, combustible y gas de cocina, incluso por parte del sector privado.
Además, llamaron a proteger y restaurar infraestructuras y servicios vitales, incluidas las conducciones de agua transfronterizas, el levantamiento de las restricciones a la actividad pesquera, el acceso a las tierras de cultivo y la entrada de productos agrícolas.
El llamado consideró indispensable facilitar urgentemente un mayor acceso humanitario a la Franja y dentro de ella, incluida la apertura de pasos fronterizos adicionales así como la concertación de esfuerzos para un cese al fuego.
En medio de la parálisis del Consejo de Seguridad para cumplir con esa última petición, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) aseguró la víspera que cerca de 2,2 millones de personas en Gaza se encuentra en situación de crisis alimentaria o peor.
Este porcentaje representa el más alto jamás registrado de inseguridad alimentaria aguda, dijo durante una sesión del órgano de seguridad el director general adjunto de FAO, Maurizio Martina.
Alrededor de la mitad de la población se encuentra en situación de emergencia (fase cuatro) y al menos uno de cada cuatro hogares está en condiciones catastróficas o similares a la hambruna (fase cinco), agregó el representante.
Las graves restricciones en los envíos de combustible provocan una parálisis en el funcionamiento de las infraestructuras hídricas y las plantas desalinizadoras, la producción y entrega de productos alimentarios básicos y el suministro de electricidad, advirtió.
Por otro lado, persiste la escasez de agua potable en el enclave, donde cerca del 97 del vital líquido por debajo de la superficie terrestre no es apta para el consumo humano.
El director adjunto de la FAO reconoció que la capacidad de las panaderías para producir pan se ha visto gravemente obstaculizada mientras que el 46,2 por ciento de todas las tierras de cultivo están dañadas.
Por su parte, el director ejecutivo adjunto del Programa Mundial de Alimentos, Carl Skau, alertó de una hambruna inminente en el norte de Gaza.
El funcionario urgió a una acción inmediata para permitir un aumento del volumen de alimentos y otros suministros humanitarios que llegan a esa región, donde el PMA detuvo sus operaciones por la falta de condiciones.
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