A la Plataforma Gubernamental Norte, en esta capital, donde tiene su sede el Ministerio de Economía y Finanzas, acudieron para reclamar más de 125 millones de dólares que adeuda el Ejecutivo a las instituciones proveedoras de tratamientos claves para enfermos renales.
En representación de las clínicas dializadoras, Alejandro Espín declaró a la prensa que si no se realizan los pagos pendientes, no pueden continuar los servicios y los pacientes van a morir.
Llevamos un año de reclamos y si el gobierno no nos permite tener los fondos necesarios para medicinas y salarios, el sistema deberá parar en una o dos semanas como máximo, advirtió Espín.
Necesitamos que el gobierno deje de ser indolente, exclamó una de las participantes en el plantón, mientras otros asistentes llevaban carteles también en reclamo del financiamiento.
Paralelamente, esta semana, legisladores del movimiento Revolución Ciudadana visitaron hospitales públicos de varias provincias y constataron la falta de medicamentos, insumos y personal de salud.
A diferencia de lo que afirmó el ministro de Salud Pública, Franklin Encalada, de que el abastecimiento está al 92 por ciento, las instituciones sanitarias tienen como promedio un 60 por ciento de los fármacos necesarios, denunció este martes la asambleísta Ana Herrera.
Según declaró a los medios de comunicación, también detectaron problemas serios de infraestructura en instituciones sanitarias de primer, segundo y tercer nivel, “algunas literalmente se están cayendo a pedazos”.
Instamos al gobierno a asignar los recursos necesarios para el sector de la salud, afirmó la legisladora.
Su colega de bancada Esther Cuesta mostró también en sus redes sociales las dificultades que atraviesan diariamente los pacientes de hospitales públicos y sus familiares.
Solucionar el desabastecimiento de medicinas debería ser prioridad para el gobierno, pero en lugar de eso el presidente Daniel Noboa va a destinar 60 millones de dólares para una consulta popular innecesaria y también le va a quitar presupuesto a la educación, lamentó Cuesta.
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