«Completar la legislación sobre el artículo 23 de la Ley Fundamental y colmar las lagunas para salvaguardar la seguridad nacional es responsabilidad constitucional del Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (Raehk) y debe hacerse para lograr la aplicación racional de Un país, dos sistemas a largo plazo», subrayó la Cancillería.
La vocera Mao Ning señaló que el artículo 23 -sobre el cual Estados Unidos se mostró preocupado- se dirige a un puñado de delincuentes que ponen en peligro la seguridad nacional, al tiempo que protege los derechos y libertades de los residentes.
Según Mao, el efecto extraterritorial de esta norma se ajusta estrictamente al derecho internacional y a las prácticas comunes de todos los países y regiones.
Por otro lado, señaló que los «secretos de Estado» y las «injerencias externas» se definen según las realidades de la Raehk y las prácticas comunes de todas las naciones, por lo tanto «la legislación es legítima, lícita e irreprochable».
«Una vez que se complete la legislación del Artículo 23, el desarrollo de alta calidad y la apertura de alto nivel de Hong Kong estarán mejor garantizados y los residentes de Hong Kong y los inversores internacionales se beneficiarán de ello», agregó.
Mao calificó de hipócrita las declaraciones de Washington y subrayó que los temas de Hong Kong son asuntos internos de China, «en los que ningún país está en condiciones de señalar con el dedo o interferir».
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo recientemente que sigue de cerca las implicaciones de la legislación de seguridad nacional de esa región en virtud del artículo 23.
En opinión de Washington, la norma corre el riesgo de restringir los derechos y libertades de los residentes y socava el marco de Un país, dos sistemas.
mem/idm





