Según la nota en la ceremonia solo participaron además algunos parientes cercanos y simpatizantes, mientras que la viuda y sus hijos no acudieron a la ceremonia de despedida.
A la ceremonia fúnebre también asistieron la embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, así como diplomáticos de Francia, Alemania, Noruega y Dinamarca. El funeral de Navalny tuvo lugar en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios.
Los agentes de la policía moscovita mantuvieron la ley y el orden durante la sepultura.
El 16 de febrero, la Dirección del Servicio Penitenciario Federal de Rusia para el Distrito Autónomo de Yamalo-Nenets, donde cumplía sentencia, informó sobre la muerte de Navalny.
Según el organismo, el recluso se sintió mal después de un paseo, tras el cual perdió casi de inmediato el conocimiento. A pesar de todos los esfuerzos de los médicos de la institución y del personal de ambulancias no consiguieron reanimarlo.
Algunos políticos europeos y estadounidenses se apresuraron a responsabilizar a las autoridades de Rusia por el fallecimiento de Navalny, sin esperar el informe forense y los resultados de la investigación en curso.
El Kremlin considera inaceptables ese tipo de pronunciamientos antes de la publicación de la información real al respecto.
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