Resulta bien claro que las versiones de que las conversaciones publicadas por la prensa, en primer lugar rusa, demostrarían la preparación por Berlín de un conflicto con Moscú “es una propaganda rusa absolutamente infame”, declaró el canciller federal Olaf Scholz.

En Moscú, la cancillería del gigante euroasiático llamó a consultas al embajador alemán para aclarar las circunstancias de las pláticas entre militares de este país sobre como destruir el puente que une a Crimea con la península de Ataman, en la parte continental rusa.

Para el vocero del gobierno germano, Wolfagn Buechner, las grabaciones filtradas, difundidas en un principio por la editora principal del conglomerado Rossia Sevodnia, Margarita Simonian, forman parte de la guerra informativa de Moscú, aunque aquí nadie negó su autenticidad.

En los 38 minutos que dura el intercambio, los cuatro oficiales involucrados debaten sobre como emplear misiles crucero de largo alcance Taurus para atacar el citado puente, sin que quedaran rastros de la autoría alemana en esa agresión.

Además, los militares también se refieren a la presencia en el terreno de especialistas estadounidenses y británicos, algunos de los cuales operan directamente los armamentos.

En ese sentido, la jefa de la diplomacia de esta nación, Annalena Baerbock, señaló que para el gobierno federal era importante investigar el incidente, en referencia a la filtración como tal.

Las revelaciones dadas a conocer el pasado viernes, surgen después que el propio Scholz negó rotundamente cualquier intención de su país de enviar tropas a la confrontación en Ucrania, en respuesta a declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre esa posibilidad.

El 24 de febrero de 2022, el presidente Vladimir Putin ordenó una operación bélica para proteger a la región sublevada del Donbás, que denunció ocho años de genocidio de Kiev, así como para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania.

Berlín envió armamentos por más de 17 mil millones de euros a Kiev, incluidos modernos tanques Leopard-2, obuses y misiles de mediano alcance, así como municiones, todo ello pese a las advertencias de Moscú de que ello solo prolongaría las hostilidades.

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