En una carta dirigida al mandatario, reconocidos investigadores de varias naciones alertaron que esos sectores se acercan en este país “a un peligroso precipicio”, lo cual afectaría al pueblo argentino y al mundo.
Además, cuestionaron la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el despido de empleados del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y otros institutos.
Tememos que Argentina esté abandonando a sus científicos, estudiantes y futuros líderes en el área. Nos preocupa que la reducción de los presupuestos del Conicet y las Universidades Nacionales refleje una dramática devaluación de los ciudadanos y del futuro de Argentina, señala la misiva.
Muchos de nosotros somos testigos de las contribuciones transformadoras de esta nación. Si no fuera por los científicos argentinos, las causas y el tratamiento del cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares seguirían siendo un misterio durante más décadas, añade.
Asimismo, destaca los aportes de los investigadores sudamericanos en la comprensión del funcionamiento del universo, los virus, las células, los genes y los ecosistemas; así como su papel en el desarrollo de la agricultura y la producción de alimentos, entre muchas otras esferas.
Sin una infraestructura para la ciencia, un país cae en el desamparo y la vulnerabilidad, sin desarrollar su propia tecnología para avanzar, ni capacitar a las personas, apunta la carta.
Argentina desarrolló su propia vacuna contra la Covid-19, construyó satélites y reactores nucleares de última generación y próximamente se inaugurará un nuevo laboratorio de terapia de protones, único en el hemisferio sur, destaca el documento y menciona otros proyectos de esta nación.
El progreso económico y social y la creación de riqueza a partir de los recursos naturales están estrechamente vinculados a una fuerte inversión pública en ciencia y tecnología. Por estas razones, le instamos a que restablezca los presupuestos sometidos a restricciones. Congelar los programas de investigación y disminuir el número de estudiantes provocará la destrucción de un sistema que tardó muchos años en construirse, concluye.
Entre quienes firman la carta se encuentran Francoise Barre-Sinoussi, Thomas R. Cech, Walter Gilbert, Richard J. Roberts, Roger Penrose y Donna Strickland.
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