Una nota sobre este tema, publicada este jueves en el sitio digital del diario QuiFinanza, basada en un reciente informe de la Oficina de Estadísticas de la Comisión Europea (Eurostat), indica que inciden en esa demora para iniciar la maternidad, problemas de las trabajadoras en Italia para lograr estabilidad económica antes de formar familia.
Por otra parte, “el largo período de reducción de la natalidad ha llevado a un menor número de mujeres en edad fértil, cifra en la que se basa la tasa global de fecundidad”, apunta el análisis.
“Al fin y al cabo, un hijo es caro y en Italia los salarios no han aumentado desde hace 30 largos años”, y si se mantiene la actual tendencia en cuanto a la disminución de los nacimientos, “corremos el riesgo de perder el 18,0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2040, añade.
El estudio realizado por Eurostat, que abarca hasta el año 2022, la última etapa computada oficialmente, concluye que el continente europeo enfrenta un invierno demográfico, debido a un “verdadero colapso” en los nacimientos.
Se señala que en 2008 nacieron 4,68 millones de bebés en la región, pero la cifra comenzó a descender hasta llegar a solo 3,88 millones de niños en 2022, con Francia con la mayor tasa de fertilidad, de 1,79 nacimientos vivos por mujer, y Malta con la más baja, con 1,08; seguida por España, con 1,16 partos. En Italia la situación lleva años estancada, con una tasa de fertilidad que se redujo un 0,3 por ciento desde 2019, hasta llegar actualmente a 1,24 nacimientos de niños vivos por cada mujer, lo que ubica a este país como el tercero con un menor número entre las naciones que integran la Unión Europea, agrega la fuente.
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