La decisión sigue al fallo del Tribunal Constitucional que consideró ilegal la intención de celebrar el sufragio después del 2 de abril, lo que permitiría a Sall continuar al frente del Poder Ejecutivo después de la expiración de su mandato ese día.

El sufragio estaba programado para el 25 de febrero pasado, pero el presidente lo suspendió debido, dijo, “a disputas electorales” con las listas de candidatos algunos de los cuales tienen doble nacionalidad, senegalesa y francesa.

De inmediato los partidos opositores acusaron al presidente de intentar un golpe de estado y llamaron a sus seguidores a protestar en las calles; las manifestaciones que siguieron a la exhortación causaron la muerte de tres personas y centenares de heridos y detenidos.

Desde el jueves pasado el parlamento, a instancias del presidente Sall, aprobó una amnistía para los detenidos durante los choques callejeros con la Policía, diseñada para desactivar la tensión política en esta capital y ciudades del interior.

La disolución del gabinete incluyó la sustitución del primer ministro Amadou Ba, candidato presidencial de la coalición Benno Bokk Yakaar (Unidos en la Esperanza, en lengua autóctona wolof), que apoya al presidente.

La incógnita ahora es el destino de las aspiraciones del destacado opositor Ousmane Sonko, quien cumple una sentencia de tres años de internamiento penitenciario desde junio del año pasado acusado de “corrupción de menores”.

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