Según la comunicación, el grupo criminal incluía a cuatro vecinos locales, partidarios de una ideología radical de derecha, que obraban por instrucciones de los servicios especiales de Ucrania y que pretendían envenenar alimentos destinados a las Fuerzas Armadas rusas.
En la nota se especifica que utilizarían una sustancia química altamente tóxica para contaminar los comestibles que, en calidad de ayuda humanitaria, se enviarían a efectivos del ejército emplazados en la zona de la operación militar especial y a la población de nuevos territorios de Rusia.
Además, los miembros de esa célula clandestina iban recogiendo información sobre obras de transporte y demás infraestructuras críticas de San Petersburgo y la región correspondiente, para luego preparar atentados terroristas.
Contra los detenidos se incoaron casos penales por un presunto delito de participación en actividades de una organización terrorista.
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