Solo el último año, al menos nueve mil 129 personas solicitaron refugio en Uruguay, según el diario El Observador.
La casi totalidad de esos recién llegados todavía no tuvieron la entrevista formal para definir su estatus,
Ello no los pone en peligro inminente de deportación, pues reciben una cédula de identidad provisoria que les permite el acceso al trabajo, prestaciones de salud y educación.
Pero mientras tanto estan en un limbo que les retrasa la posibilidad de acceder a nuevos documentos de viaje y conspira contra los intentos de reunificaión familiar.
Ante tal panorama la Comisión de Refugiados refiere falta de recursos y la escasez de alternativas migratorias para poblaciones que no manifiestan estar siendo perseguidas y quieren radicarse en Uruguay.
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