La alcaldía de la capital presentó este jueves los 25 ganadores del concurso “Fanesca Sostenible, del campo a la mesa”, el cual no solamente distingue la calidad, sino también la sostenibilidad de los ingredientes utilizados.
Así lo explicó a Prensa Latina el decano de la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo de la Universidad UTE, Marcos Valdés, un cubano que reside desde hace dos décadas en estas tierras andinas y conoce bien sobre la preparación de la fanesca ecuatoriana.
Más allá de que sea un plato típico, evaluamos técnicas gastronómicas y buscamos promover una línea verde, sostenible, que favorezca a los pequeños agricultores, aseveró Valdés, quien formó parte del jurado.
La fanesca significa tradición y religión, pues su preparación se da en un contexto de fe y de productividad en las cosechas.
Cuentan que cada uno de los 12 granos con los cuales se elabora representa a los apóstoles y el pescado se debe a la prohibición de comer carnes rojas durante los viernes de Cuaresma.
Pese a las similitudes y la existencia de una receta, en cada región del país tienen su propia versión.
La próxima semana en Otavalo, en la provincia andina de Imbabura, tendrá lugar “El Mundial de la Fanesca” para elegir allí la mejor receta a partir de parámetros como la presentación, exposición verbal de cada plato y por supuesto, el sabor.
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