El mandatario también acusó al vecino país de robar los recursos hídricos en los territorios ocupados durante décadas y de privar al pueblo palestino de su derecho al agua.
En un comunicado con motivo del Día Mundial del Agua, el gobernante criticó la destrucción deliberada del sector, lo cual dijo, privó al territorio “de las necesidades vitales más importantes y exacerbaron la crisis” hídrica.
Abbas alertó que el consumo promedio de los gazatíes en la actualidad no supera los tres litros diarios, cuando el mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 120 litros.
En su opinión, la destrucción de esos servicios busca convertir al enclave costero en un lugar inhabitable con el objetivo de expulsar a su población.
En cada incursión y como castigo colectivo, el Ejército ataca deliberadamente la infraestructura de agua y saneamiento con el fin de acabar con los componentes básicos de la vida, recalcó.
Al respecto, denunció que los ataques convirtieron a los habitantes de Gaza en refugiados luego de que “la maquinaria de guerra israelí destruyera por completo barrios, edificios, viviendas e incluso hospitales”.
Ahora hay más de 1,3 millones de personas desplazadas en la sureña ciudad de Rafah que están amenazadas y no saben adónde serán obligadas a huir ni siquiera si seguirán con vida mañana, subrayó.
Esta situación, rechazó “la guerra de exterminio y limpieza étnica del pueblo palestino”.
¿Cómo puede el mundo levantar la consigna de agua para la paz, cuando los niños de Gaza beben agua de mar y agua contaminada y mueren de sed?, preguntó.
¿Cómo puede Naciones Unidas pedir la transformación del agua como herramienta para la paz, mientras la ocupación israelí sigue utilizándola como herramienta para matar y exterminar sin el más mínimo respeto a todas las advertencias?, señaló.
El mandatario reiteró su llamado a la comunidad internacional a que asuma sus responsabilidades “para detener de inmediato esta brutal agresión contra nuestro pueblo”.
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