Con 31 mil 494 kilómetros cuadrados de superficie, 636 de largo, 80 de ancho y alrededor de mil 680 metros de profundidad reconocidos hasta el momento, el Baikal es el mayor de los lagos de agua dulce de Asia y el más profundo del mundo.
Este acuífero en la región sur de Siberia contiene la quinta parte del agua dulce no congelada de toda la Tierra y también es el lago más antiguo del planeta, con una edad estimada en 25 millones de años. Al mismo tiempo, es uno de los lugares más extraños del orbe, donde la naturaleza todavía permanece intacta y auténtica.
Los magníficos paisajes, rodeado de cordilleras altas, y la singular claridad de sus aguas hicieron de este sitio una de las grandes maravillas de la naturaleza.
Los bosques siberianos, la densa taiga y tundra escasa limitan aquí con los semidesiertos y las estepas pedregosas de Asia y esta combinación ha contribuido al desarrollo de la flora y la fauna del lago, pues aquí existen más de dos mil 600 especies de animales y mil clases de plantas, 85 por ciento endémicos.
La hidrología del paraje es también interesante, pues más de 300 ríos desembocan en sus aguas, mientras que sólo uno, el torrente Angará, nace de él.
Entre tanto, las costas norte y sur tienen muchos manantiales termales y la temperatura del líquido a lo largo de la ribera en verano alcanza entre 16 y 17 grados Celsius.
En general, la temperatura media del preciado recurso es de alrededor de cuatro grados. En invierno el bien llamado «Mar de la Siberia» se cubre con una gruesa capa de hielo de hasta 110 centímetros de espesor.
Desde finales del mes junio y durante cada medianoche, el lago Baikal uno deleita con su mágica vista del arco iris lunar, un fenómeno único causado por las pequeñas partículas de agua que se levantan suspendidas sobre la superficie del estanque debido a la atracción gravitacional de la Luna.
(Tomado de Orbe)
