Hamas ratificó anoche su postura inicial sobre un acuerdo de intercambio de prisioneros, que debe ir acompañado de un alto el fuego permanente, el regreso de los desplazados y la retirada de las tropas de Gaza, a los cual se opone el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Se estima que unos 130 israelíes (no todos vivos) permanecen en Gaza detenidos por las milicias palestinas, que exigen para su liberación la excarcelación de sus compatriotas recluidos en la vecina nación.
Según medios de prensa, en los últimos días Israel aceptó, a través de los mediadores (Qatar y Egipto), un intercambio de 40 israelíes por entre 700 y 800 palestinos, un centenar de ellos con largas condenas, aunque el grupo armado solicitó hasta mil.
Las discrepancias están en el paso siguiente, porque Hamas quiere que esta primera fase sea parte de un acuerdo integral para detener la agresión, pero Netanyahu se niega.
En su declaración, el movimiento islamista culpó al político derechista por “frustrar todos los esfuerzos de negociación y obstaculizar el logro de un acuerdo”.
Aunque aún no hay una respuesta de la oficina del primer ministro, en anteriores ocasiones afirmó que tales planes se basan en demandas poco realistas y prometió seguir adelante con su ofensiva terrestre en el territorio.
De hecho, en las últimas semanas el jefe de Gobierno prometió, una y otra vez, que lanzaría a sus tropas contra la sureña ciudad de Rafah, donde hay más de 1,4 millones de refugiados, con el argumento de derrotar al último reducto de Hamas.
La amenaza provocó un alud de condenas internacionales, inclusos de aliados de Israel como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, por el temor de masacres a gran escalada contra la población civil.
Precisamente, la declaración de Hamas se produjo horas después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptara una resolución que exige un alto el fuego inmediato en Gaza.
Tras vetar en tres ocasiones proyectos similares, Washington se abstuvo en esta ocasión en medio de fuertes presiones internas y foráneas contra la administración de Joe Biden, a pocos meses de unas elecciones presidenciales.
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