Según el comunicado del FSB publicado en todos los medios de prensa rusos, existe un fuerte aumento del número de llamadas telefónicas y mensajes recibidos por ciudadanos rusos, incluidos menores de edad, que instan a llevar a cabo actos terroristas en el territorio nacional.
El FSB también pidió hablar con los menores sobre la importancia de «no entablar conversaciones ni correspondencia» con esas personas.
El pasado 22 de marzo, un grupo de hombres armados, vestidos de camuflaje, dispararon contra una multitud reunida en la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en la ciudad de Krasnogorsk, en la periferia noroeste de Moscú, apenas unos minutos antes de comenzar un concierto de la banda rusa de rock Picnic.
El tiroteo fue seguido por un incendio, que, según el Ministerio de Emergencias, afectó un área de casi 13 mil metros cuadrados. Según los últimos datos oficiales, el ataque terrorista se saldó con 139 muertos y unos 180 heridos.
Hasta ahora fueron detenidos 11 implicados en el atentado, incluidos los cuatro atacantes que abrieron fuego contra la multitud en Crocus City Hall.
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