Durante la presentación al Consejo de Seguridad del último informe del organismo sobre el contexto en esa nación, la enviada calificó como desastrosa la situación humanitaria causada por la violencia cíclica.
El contexto se ha deteriorado aún más desde las elecciones de diciembre y los avances y expansión del grupo rebelde M23, agregó la funcionaria.
Keita aseguró que la Misión de ONU en el Congo está dispuesta a apoyar al futuro Gobierno en sus esfuerzos por implementar la reforma del sector de seguridad y otros cambios claves de la gobernanza en la búsqueda de un consenso.
Sin embargo, añadió, el compromiso militar debe ir de la mano de una inversión continua de las autoridades congoleñas en los procesos de paz regionales, nacionales y locales.
Estos deben complementarse con una reforma profunda del sector de la seguridad y la puesta en funcionamiento del Programa de Desarme, Reinserción Comunitaria y Estabilización.
El informe, centrado en los hechos de los últimos cuatro meses, enfatiza en sucesos como las elecciones presidenciales que culminaron con el reconocimiento de la victoria de Félix Tshisekedi como mandatario electo.
Además, analiza las tensiones y enfrentamientos que surgieron antes y durante los comicios por las diferentes fuerzas políticas así como los esfuerzos promovidos por la Misión de la ONU para el dialogo.
Otros temas en agenda fueron la seguridad nacional en regiones como Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur donde la vida de los civiles permanece amenazada por la acción de las Fuerzas Democráticas Aliadas y la Cooperativa para el Desarrollo del Congo.
Como consecuencia, el país experimenta una compleja situación para la preservación de los derechos humanos mientras la violencia sexual y los desplazamientos impactan a los civiles en las zonas asediadas.
Un reciente comunicado de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados instó a actuar de inmediato ante la amenazante situación para los desplazados en la región este.
Tras dos años de conflicto cíclico en Kivu Norte, más de 1,3 millones de personas fueron obligadas a huir de sus hogares dentro de la nación lo que ha elevado la cifra de personas desplazadas internamente a un total de 5,7 millones en esa provincia junto a las vecinas de Kivu Sur e Ituri.
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