“Todas las acciones de Israel clasifican como crímenes de lesa humanidad que rechazamos enérgicamente, por esa razón rompimos relaciones diplomáticas con Israel” (…), aseguró la canciller respecto a los más de 120 mil palestinos entre muertos y heridos como resultado de la masacre que comete desde octubre último la quinta potencia militar más poderosa del mundo.

En presencia de la ministra de Trabajo, Verónica Navia, viceministros y otras autoridades gubernamentales y electas nacionales, departamentales y municipales, así como una amplia representación del cuerpo diplomático acreditado e integrantes del movimiento boliviano de solidaridad, Sosa resaltó el carácter pacifista de Bolivia.

Al insistir en el respeto del país andino amazónico a la vida y a la coexistencia pacífica, la autoridad reiteró el compromiso con la causa palestina en su búsqueda de la justicia, la libertad y la autodeterminación.

Citó al presidente, Luis Arce, al considerar que la solución para el pueblo palestino debe ser que ejerza su derecho a la autodeterminación y construya su propio Estado libre, independiente y soberano, con las fronteras previas a 1967 y con Jerusalén oriental como su capital.

En las palabras de bienvenida a quienes colmaban el centro cultural, el embajador de Venezuela en Bolivia, César Trómpiz, denunció la impunidad de Israel para masacrar a un pueblo gracias al respaldo de Estados Unidos y otras potencias que mantienen un silencio cómplice. Sostuvo que la solidaridad con Palestina es un deber moral con la ética y el humanismo.

Con el trasfondo de las consignas coreadas por todos los presentes (“¡Palestina libre!” y “¡no es guerra, es genocidio!”, transcurrió la intervención del embajador de Palestina en Bolivia, Mahmoud Elalwani.

El diplomático agradeció a las autoridades bolivianas su permanente solidaridad y generosidad, y especialmente el envío de 90 toneladas de alimentos y medicamentos a la Franja de Gaza.

Recordó que en una fecha como la de hoy hace 48 años, seis palestinos fueron asesinados y cientos resultaron heridos mientras protestaban pacíficamente contra la confiscación de sus tierras por los ocupantes israelíes.

Significó que esa política de los gobernantes de Tel Aviv data ya de 76 años, nunca se interrumpió, y un ejemplo es lo que el mundo ve en la televisión cada día desde hace ya seis meses, cuando entre muertos y heridos suman 120 mil palestinos, equivalente a un cinco por ciento de toda su población.

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