La presencia de representantes de asociaciones internacionales, como la Confederación Americana de Urología, la Asociación de Urólogos de Centroamerica y el Caribe, y especialistas de Europa nos satisface y ha enriquecido el intercambio científico, aseveró Cordié en declaraciones a Prensa Latina.
También, añadió, es provechoso el aporte de residentes de todos los continentes formados en Cuba y de urólogos nacionales procedentes de otras provincias que lograron estar a pesar del encarecimiento de los costos de transportación y dificultades de alojamiento.
El esfuerzo por la celebración de este congreso ha sido extraordinario después de siete años sin poder realizarse y en medio de la situación económica de la isla, reconoció, y eso se traduce en un alto compromiso con la especialidad, apuntó el también especialista de primero y segundo grado de urología.
Por eso, la SCU tiene el reto de trabajar por lograr planes superiores de desarrollo, recuperarnos científica y técnicamente, no obstante las difíciles circunstancias que nos impone el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos, dijo.
La urología es una especialidad que necesita de equipamiento, instrumental, material gastable y medios diagnósticos que permitan determinar la enfermedad de un paciente, y eso en estos momentos está limitado por las razones que todos conocemos, explicó.
Al decir de la presidenta del comité organizador del XXII Congreso Nacional de Urología, Tania González, tenemos el deber y la convicción de que la SCU, el grupo nacional de la especialidad y los organizadores de esta cita nos vamos a preocupar porque se revierta la situación urológica que hoy vive la población cubana.
No rendirnos aunque tengamos dificultades, porque estas se resolverán en algún momento, por eso, el programa del evento tiene el eslogan de Hacer hoy lo mejor que podamos con lo que tenemos, pero también saber lo que se debe hacer aunque no podamos aplicarlo ahora, expresó el presidente del comité científico, Mariano Castillo.
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