Según el ente de inteligencia, “la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intensifica sus esfuerzos para crear una imagen distorsionada del gran ataque terrorista ocurrido en Rusia el 22 de marzo».
Washington también comenzó a proteger al presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, justo después del atentado, agrega el texto.
Al Departamento de Estado de la nación norteamericana, sus servicios especiales y organizaciones afiladas se les encargó «eliminar cualquier tipo de sospecha sobre la implicación de Zelenski y su entorno en el crimen que tenga la comunidad internacional», precisa el SVR.
Los organismos estadounidenses intentan convencer a sus aliados de que es el grupo terrorista Estado Islámico, el que está detrás del atentado en las afueras de Moscú, denunció la inteligencia rusa.
Sin embargo, Washington está fallando en alcanzar su objetivo, dado que «los estadounidenses no pueden lograr la evaluación unificada de la tragedia en la provincia de Moscú ni siquiera entre los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y la Unión Europea.
Para el SVR, «blanqueando al gobierno de Kiev y brindándole asistencia, Estados Unidos corre el riesgo de ser sospechoso de participación en el terrorismo internacional».
El pasado 22 de marzo, un comando de hombres armados disparó contra una multitud reunida para un concierto de rock en el Crocus City Hall e incendió el recinto. Según los últimos datos oficiales, el ataque terrorista se saldó con 144 muertos, entre ellos niños, y más de 550 heridos.
El ataque terrorista a la sala de conciertos es el más mortífero en Rusia en casi 20 años.
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