Según aseguró el vicepresidente Bharrat Jagdeo, esos compromisos se honrarán aun cuando alcancen los mayores niveles de extracción y producción de gas y petróleo en las reservas nacionales.
Al respecto, recordó que la extensa cobertura forestal y de selva virgen del país le permitirá neutralizar las emisiones de dióxido de carbono, derivadas de una mayor actividad hidrocarburífera en las próximas décadas.
Cada año –acotó- los bosques guyaneses atrapan más de 150 millones de toneladas de carbono liberadas a la atmósfera desde todas partes del mundo y las operaciones petroleras del país anualmente solo expulsarán 12 millones de toneladas de gases nocivos. El vicepresidente añadió que tras 100 años de producir oro, todavía el territorio disfruta del 85 por ciento de su espacio cubierto por árboles.
Las declaraciones de Jagdeo siguen a la respuesta del presidente Irfaan Ali a un periodista de la cadena británica BBC, quien expresó dudas sobre cómo Guyana en el corto plazo mantendrá al límite el impacto ecológico mientras crece el ritmo de su actividad petrolera.
En la réplica, el mandatario igualmente recalcó los buenos datos sobre la preservación de la biodiversidad aquí hasta ahora e hizo referencia a las estrategias para blindar a la flora y la fauna de las consecuencias de acelerar la extracción y producción de combustibles fósiles.
En ese contexto, trascendió la conformación de una ley y su posible presentación al Parlamento este mismo 2024, para dar respuesta ante contingencias vinculadas con los derrames de crudo.
Guyana capta la atención mundial y cada vez más países se muestran atraídos por explorar sus oportunidades de negocios, inversiones y el potencial económico, gracias al descubrimiento de importantes reservas de petróleo en años recientes.
Igualmente, gobiernos y empresas de todo el planeta desean estrechar vínculos y ampliar los contactos con Georgetown, por sus perspectivas de crecer de forma sólida en el corto plazo.
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