De acuerdo con un reporte publicado en el sitio oficial del Ministerio del Interior, Pellizzari firmó recientemente un memorando de entendimiento con la directora general de estudiantes del Ministerio de Educación, María Assunta Palermo, con iniciativas para enfrentar este problema.
En el trigésimo informe publicado por la comisionada Extraordinario para Personas Desaparecidas del Gobierno se señala que, de un total de 29 mil denuncias de desaparición de personas en el año 2023, un 75,0 por ciento se refiere a menores, cuya cantidad ascendió en ese año a 21 mil 951, entre ellos 17 mil 535 niños extranjeros.
En el nuevo plan se prevén iniciativas de sensibilización de la comunidad escolar, actividades específicas de enseñanza y formación en los centros escolares así como el lanzamiento de actividades de investigación encaminadas a analizar los motivos que llevan a los menores a alejarse de sus familias.
El Ministerio de Educación compartirá los contenidos de este protocolo con las escuelas del país, a través de las direcciones escolares regionales, mientras la comisionada del Gobierno iniciará colaboraciones con esos centros escolares, a través de la participación de las prefecturas.
Se elaborarán documentos dirigidos a estudiantes y profesores para informar y sensibilizar sobre el fenómeno de personas desaparecidas, en particular los menores, aumentando el conocimiento de los riesgos e ilustrando los procedimientos a seguir en caso de los menores, agrega la fuente.
Los menores inmigrantes que permanecen desaparecidos proceden principalmente de Túnez, con tres mil 362, así como de Egipto, con dos mil 861; Guinea, con dos mil 589; Costa de Marfil, con mil 572 y Afganistán, con mil 106.
La mayoría eran jóvenes de 17 años, para un total de seis mil 146 personas de esa edad, y se presume que muchos escaparon de los refugios y abandonaron Italia para reunirse con familiares y amigos en Francia u otros países, principalmente del norte de Europa.
Existe el temor de que un importante número de esos niños perdidos se una a las filas de organizaciones criminales o sean víctima del tráfico sexual y, de acuerdo con lo señalado por el analista Marco Birolini en el diario Avvenire, existe el peligro de que algunos sean utilizados para el tráfico de órganos.
Pellizzari señaló al respecto que “la actividad de la Oficina se ha orientado una vez más hacia un enfoque interdisciplinario y multisectorial, para abordar un fenómeno que resulta muy complejo y que suscita preocupación y alarma en la opinión pública”.
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