Tales acciones buscan una mayor calidad en la atención temprana e integral para quienes padecen esa condición, en lo cual la isla transita por un camino favorable, marcado por el respeto y el acceso universal, en condiciones de igualdad, afirmó la doctora Tania Peón, Jefa del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil del Ministerio de Salud Pública.
En entrevista publicada en el sitio web de esa cartera, la especialista comentó que se trata de ofrecerles servicios de salud, educación, trabajo y una vida en la comunidad para lo cual el país implementa estrategias de intervención temprana, promovidas desde las instituciones sanitarias.
La también especialista en Medicina General Integral y Psiquiatría Infantil destacó que Cuba dispone de una red de servicios en la atención primaria, que va desde los policlínicos, los Departamentos Municipales de Salud Mental y los de Psiquiatría Infantil, hasta los hospitales pediátricos, en el nivel secundario, para la intervención psicoeducativa de los autistas.
“En este desafío, resultan imprescindibles los centros educativos y las familias, como eslabones esenciales dentro del equipo interdisciplinario, que evalúa, propone y actúa en pos de una mejor evolución de los síntomas y del manejo del paciente”, significó.
También, precisó, son claves en el proceso las funciones de psiquiatras infantiles y de especialidades como genética, foniatría, otorrinolaringología y neurología, entre otras.
La doctora Peón explicó que estudios recientes en la materia definen como espectro autista al conjunto de trastornos generalizados o globales del neurodesarrollo, que se caracterizan por daños cualitativos en las relaciones sociales, la comunicación y la aparición de intereses restringidos y conductas repetitivas.
Ante esos trastornos del neurodesarrollo, puntualizó, son habituales los intercambios entre expertos y familias, pues desde la casa, la academia y la investigación científica, Cuba traza la ruta y prioridad de los procederes conceptuales y buenas prácticas relacionadas con los trastornos del espectro autista.
Por ello, subrayó, para ganar en la calidad de vida de las personas con esa condición es preciso aún abrir puertas, tocar corazones, incrementar todos los accesos posibles a la vida y la educación integral, con calidad y equidad en todo lo que se haga para estimularlas.
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 100 niños en el mundo tiene TEA, mientras en Cuba existen actualmente cifras superiores a los mil pacientes diagnosticados, donde la orientación, seguimiento e intersectorialidad enrumban su atención constante.
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