La mandataria ingresó al estacionamiento subterráneo del Ministerio Público en el automóvil oficial, junto a los vehículos de su seguridad, en medio de un impresionante despliegue que despejó las calles que rodean al edificio cerrando el tránsito de personas y carros para la llegada de la caravana presidencial
Un grupo de ciudadanos que fue mantenido a distancia por la Policía Nacional gritó lemas de oposición a la mandataria, sin que se registraran incidentes, y posteriormente llegó otro que apoyaba a Boluarte.
El periódico Hildebrandt en sus Trece citó una fuente no identificada del Palacio de Gobierno, según la cual Boluarte declararía que tiene una relación muy cercana con el gobernador de la región surandina de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, quien le prestó los relojes Rolex y ya los devolvió.
“Nada de lo que pretende construir como el relato de un débil mental librará a Boluarte del fango en el que está metida”, señaló el citado semanario opositor, al asegurar que la Fiscalía considera que tiene evidencias claras de los delitos cometidos por la gobernante y de que ha intentado evitar que se sepa la verdad.
Agrega que el allanamiento, la semana pasada, de la casa y el despacho oficial de Boluarte se produjo “en la lógica de tratarla como una notoria sospechosa”.
El abogado penalista Andy Carrión consideró posible que los abogados de Boluarte estén en contacto para concertar una coartada sobre los Rolex y advirtió que la credibilidad de la mandataria está mellada por declaraciones anteriores desmentidas.
Por su parte, el analista político José Luis Ramos dijo que esas primeras explicaciones y el largo silencio mantenido hasta hoy por la presidenta equivale a una confesión de que ha cometido hechos irregulares.
“Aún cuando se archive el caso, para la ciudadanía está clarísimo que los relojes y las joyas que posee no fueron adquiridos en forma regular y, por tanto, la presidencia ha perdido toda credibilidad”, aseveró.
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