Aunque la seguridad no es una variable económica, sí influyó en la baja del crecimiento económico, algo que se recuperó a partir de las políticas aplicadas por el actual gobierno, sostuvo el funcionario.
Por décadas el freno principal de nuestra economía se llamaba violencia e inseguridad, aseveró Rodríguez y explicó que el problema le costaba a El Salvador alrededor del 14 al 19 por ciento del PIB.
Dijo que en este país no había actividad económica que no estuviera afectada por las pandillas. Las mejoras en el ambiente de seguridad llevaron a la nación a experimentar un crecimiento al cierre de 2023 de 3.5 por ciento.
Esto ayudó a un alza sostenida de las principales actividades económicas como la construcción. Ahora, las empresas, familias y emprendedores ya no pagan extorsión. Ahora se puede invertir, reinvertir y generar nuevas fuentes de empleo, puntualizó.
El titular del BCR destacó el aporte a la economía local de sectores como la construcción y el turismo, destacando este último con un crecimiento del cinco al 11 por ciento de aporte al PIB.
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