En declaraciones a Prensa Latina, el experimentado realizador confesó que la cinta mantiene un vínculo autorreferencial con cierta voluntad ensayística consigo mismo.
“La película hace un recorrido por otras tres anteriores, dos filmadas en los 90 y otra más reciente que no terminé; las hice confluir todas y dialogar entre sí”, detalló.
Como resultado, el hilo conductor es el propio autor y sus reflexiones sobre quién era en los 90 y en la actualidad en el seguimiento de tres parejas que fueron los protagonistas de los filmes anteriores.
En pleno circuito de festivales aún, Bajo un sol poderoso se estrenó el año pasado en Toulouse y ahora tiene su premier norteamericana en el ya emblemático festival neoyorquino.
Para el director, el Havana Film Festival es una cita ya consolidada con espacio no solo para el cine cubano sino también para el cine latinoamericano que no encontraría otras plataformas de exhibición que las que brinda.
Con obras como La ola, Jirafas, La caja negra, Venecia o Sharing Stella, Kiki Álvarez apuesta por las creaciones que nacen de experiencias personales o emocionalmente cercanas al propio creador.
La 24 edición del Havana Film Festival de Nueva York tuvo su noche de apertura el viernes y se extenderá hasta el 18 de abril venidero con la proyección de más de una treintena de películas de Latinoamérica en su mayoría premieres mundiales y locales.
Con sede principal en el Quad Cinema, el evento exhibirá cintas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Perú, Panamá, Uruguay y otros países de la región.
La variedad de países y de género es una de las fuertes apuestas de la cita junto a dos muestras retrospectivas de homenaje a los directores Tomás Gutiérrez Alea y Nicolás Guillén Landrián.
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