En opinión del fundador del Movimiento del Pueblo, el objeto de la operación de la República Islámica desde su territorio es confirmar su existencia y demostrar que puede dirigir un ataque dañino a Israel.
Según declaró al canal panárabe Al Mayadeen, la era de la paciencia estratégica de Irán concluyó y ahora responderá a cualquier agresión contra su territorio y soberanía.
Para el político nasserista, la respuesta iraní a cualquier ataque israelí era indirecta, pero ahora se volvió directa, al destacar el lanzamiento de misiles y drones hacia blancos en Israel.
A propósito, indicó que el punto clave no es el número de drones iraníes derribados, sino el éxito de la República Islámica al alcanzar las instalaciones militares elegidas.
En este punto, Wakim reconoció la cooperación, integración y apoyo entre las partes del Eje de Resistencia, que obligó por primera vez a la entidad de Tel Aviv a necesitar a tres países (Estados Unidos, Francia y Reino Unido) para defenderse del golpe de Teherán.
Al respecto, el exdiputado consideró que Israel comenzó a perder su sitio en el cuadro político en Medio Oriente mientras aumentó la posición de la República Islámica.
Sobre la posibilidad de una ampliación del conflicto, Wakim aseguró que los dos actores principales de la región son Irán y Estados Unidos, y ambos no tienen interés en ir a una guerra abierta.
Washington calcula mil cuentas antes de entrar en un enfrentamiento e Irán hace décadas se está preparando para ello mientras ve las bases estadounidenses frente a él, subrayó.
En este sentido, el dirigente de izquierda y nacionalista comentó que Israel insiste en una guerra abierta, pero Estados Unidos lo detuvo.
Bajo el nombre de “Su promesa es veraz”, la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria lanzó decenas de misiles y drones contra blancos israelíes, con la aprobación del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y la supervisión del Estado Mayor y el respaldo del Ministerio de Defensa.
La cancillería de Irán subrayó que las fuerzas armadas de la República Islámica, ejerciendo su derecho inherente a la legítima defensa según lo estipulado en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, llevaron a cabo una serie de ataques contra bases militares israelíes.
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