Según el comunicado, el Departamento de Comercio y Samsung Electronics (Samsung) firmaron un memorando preliminar de condiciones no vinculante para proporcionar hasta seis mil 400 millones de dólares en financiación directa en el marco de la Ley CHIPS y Ciencia.
Los fondos servirán para costear actividades fabriles y de investigación, con la idea de establecer en Texas un complejo industrial que incluirá fábricas para producir en serie chips de 4 y 2 nanómetros.
Dichas instalaciones apoyarán la producción de algunos de los chips más potentes del mundo, esenciales para tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, y reforzarán la seguridad nacional de EEUU, señaló un texto emitido por la Administración del presidente Joe Biden.
De acuerdo con la Casa Blanca, las subvenciones asignadas en el marco de la “CHIPS and Science Act” desbloquearán más de 40 mil millones de dólares en proyectos por parte de Samsung.
Con antelación, el Ejecutivo aprobó subvenciones multimillonarias para las multinacionales Intel y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC).
La firma TSMC recibirá hasta seis mil 600 millones de dólares en financiación directa para la construcción de tres plantas de microchips en Arizona, mientras la estadounidense Intel obtendrá ayudas por 20 mil millones de dólares, unos ocho mil 500 millones por vía directa y los restantes 11 mil millones mediante una línea de crédito adicional.
Además, Intel confirmó la posibilidad de ampliar el beneficio, al acogerse a un plan de ventajas fiscales para reclamar hasta el 25 por ciento del gasto de capital realizado.
De tal forma, Intel proyecta inversiones por 100 mil millones de dólares en territorio estadounidense durante los próximos cinco años, en localidades de Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón.
Empresas tecnológicas de Estados Unidos también buscan expandir sus plantas en el exterior, tal es el caso de los desarrollos previstos en Japón, según avalaron ambos gobiernos.
Por ejemplo, Google presentó un proyecto de centro regional de defensa cibernética en Japón, mientras Amazon Web Services corroboró la decisión de utilizar 14 mil millones de dólares para ampliar la infraestructura japonesa en la nube.
En tanto, Microsoft, socio de OpenAI, la empresa creadora del robot ChatGPT, notificó el interés de invertir dos mil 900 millones de dólares en inteligencia artificial en Japón.
El primer ministro nipón, Fumio Kishida, y el presidente Biden destacaron en fecha reciente el papel compartido en el desarrollo y protección de tecnologías emergentes de nueva generación y para asegurar el acceso a las cadenas mundiales de suministros ligadas al sector.
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