En un mensaje enviado a la Conferencia Internacional Humanitaria para Sudán y sus vecinos, el alto representante calificó como una pesadilla el derramamiento de sangre, la violencia sexual desatada y la destrucción que ha reducido a escombros viviendas, hospitales, escuelas y otras infraestructuras vitales.
«No podemos dejar que esta pesadilla desaparezca de nuestra vista», insistió Guterres al reconocer el impacto de las hostilidades también en la región.
La guerra en el país africano acumula más de 14 mil muertos y ha herido a 33 mil más mientras la mitad de la población necesita asistencia de emergencia.
Al mismo tiempo, la atención a la crisis enfrenta una fuerte falta de financiamiento: el Plan de Respuesta Humanitaria apenas acumula el seis por ciento de los dos mil 700 millones de dólares necesarios, y el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados, un siete por ciento de los mil 400 millones solicitados.
Guterres reiteró el apoyo de Naciones Unidas al pedir más apoyo a las contribuiciones de donantes, la protección de civiles y garantías para el pleno acceso humanitario.
«Instamos a realizar esfuerzos de mediación internacional eficaces y coordinados para detener los combates», agregó.
A la par, el titular de la ONU llamó a los grupos civiles, incluidos los que representan a mujeres y jóvenes, para que ayuden a liderar un proceso político inclusivo para que la transición democrática de Sudán vuelva a encarrilarse.
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