Sánchez enfatizó que se trata de una cuestión de Estado, ante la que no caben discursos negacionistas o que diluyan esta violencia estructural a fuerza de retorcer el lenguaje.
Acerca de la denominada violencia vicaria, señaló que es preciso reforzar la coordinación entre órganos judiciales y administraciones
con competencias y potestades, e insistir en la formación en perspectiva de género, de infancia
y protección de menores.
Definida como la instrumentalización de los hijos de mujeres víctimas de violencia de género para maltratar y ocasionar dolor a sus madres, la violencia vicaria cobró siete vidas de menores en el curso de 2024.
Al encabezar en el Palacio de la Moncloa el pleno extraordinario del Observatorio Estatal de
Violencia sobre la Mujer, Sánchez analizó con los convocados las cifras de 10 mujeres asesinadas por violencia machista y siete niños víctimas de la violencia vicaria.
Consideró que a 20 años de su implementación el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que calificó de herramienta fundamental perfectible.
Al encomiar el sistema para proteger y prevenir la violencia de género, y reconocer el
esfuerzo sin precedentes realizado, admitió que todo ello no basta y se debe insistir en las políticas en marcha, así como corregir disfunciones y diseñar nuevos mecanismos para combatir este flagelo.
Insistió en la importancia de que todas las administraciones reconozcan la violencia ejercida contra las mujeres por el mero hecho de serlo,
y que no haya espacios para la duda, ni margen para otras lecturas que atenúan o diluyen actos machistas.
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