De acuerdo con esa organización, dicha distinción reconoce la lucha por los derechos humanos, la identidad, la labor cultural y artística promovida por las mujeres que aun buscan a sus hijos y nietos desaparecidos y arrebatados durante la última dictadura cívico-militar en este país (1976-1983).
La primera vez que fui a la Plaza de Mayo temblaba como una hoja. Había tantos militares, caballos, fusiles, pero mis compañeras seguían caminando y me decían: No tengas miedo, estamos juntas, recordó De Carlotto durante su discurso en la casa de altos estudios de la nación europea.
Nos reuníamos en secreto porque la represión era feroz. El paso de los años nos convenció de que no nos devolverían a nuestros nietos y que nuestro reclamo debería sostenerse en el tiempo, hasta encontrar al último. Entonces, dejamos nuestras rutinas para salir a reclamar dentro y fuera de Argentina, añadió.
Asimismo, resaltó la solidaridad internacional, las primeras restituciones, la formulación de un método de identificación científica, la creación de un Banco de Datos Genéticos y de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad.
Hoy, algunas de políticas de Memoria, Verdad y Justicia están en peligro. Los discursos de odio y negacionismo, en muchos casos pronunciados por integrantes del gobierno de turno, intentan deslegitimar nuestra lucha, alertó.
No obstante, señaló que el pueblo argentino conoce su historia y el 24 de marzo, cuando se cumplieron 48 años del golpe militar que dio inicio al régimen, salió a las calles de manera a reafirmar su compromiso con la consigna Nunca más.
Reiteramos nuestra convicción de que el único camino es la lucha colectiva, con amor y perseverancia. Hasta ahora encontramos 137 nietos. Seguimos buscando a unas 300 personas que viven con una identidad vulnerada, afirmó.
Seguiremos luchando para defender la democracia y trabajando hasta encontrarlos, aseveró.
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