La campaña de videos por internet consiste en entrevistas breves a diversas personas sobre si votarían por el neoliberal que gobernó el país con mano dura y tiene aún cuentas pendientes con la justicia, y los entrevistados contestan que sí con entusiasmo.
A eso se suman los numerosos activistas que bajo seudónimos desde hace años cubren de loas a Fujimori y lo que consideran sus logros y de insultos a sus detractores.
Además, tras salir de la prisión en diciembre de 2023, el polémico personaje abrió cuentas en diversos espacios de Internet dedicados al autoelogio de sus dos mandatos presidenciales (1990-2000) a los que se agrega un tercero que duró unos meses, pues tuvo que renunciar ante un escándalo de corrupción.
“El ‘Chino’ (como se apoda a Fujimori) está de vuelta. Está de vuelta como persona, como ciudadano y como político porque él es político”, dijo la congresista Martha Moyano, integrante de la cúpula del partido fujimorista Fuerza Popular (FP).
Preguntado sobre hasta dónde puede llegar en el terreno político el exgobernante de 85 años, otro dirigente de FP, Miguel Torres, comentó que al compartir sus opiniones y formular planteamientos, el expresidente está haciendo política.
“Si el presidente Fujimori quiere, adicionalmente, dar algunos pasos más, tendrá que evaluarlo y estoy seguro que lo evaluarán en familia”, respondió Torres, quien deslizó así la posibilidad de que Fujimori sea candidato a la presidencia en las elecciones generales previstas para 2026.
La declaración de Torres pareció aludir a la líder de FP, Keiko Fujimori, quien no ha hecho comentarios sobre el retorno de su padre a la política y cuyos fracasos como candidata presidencial en los comicios de 2006, 2011, 2016 y 2021 han hecho que el sector neoliberal de la política voltee los ojos hacia su progenitor.
A ello se añade el desprestigio y la dispersión de los partidos tradicionales y nuevos grupos afines que la ausencia de figuras con imagen y ascendiente para tentar la presidencia.
La apuesta de los factores de poder podría inclinarse por Fujimori, pese a que el exgobernante es objeto de fuerte rechazo social por los crímenes contra los derechos humanos cometidos bajo su gobierno y la corrupción de aquel decenio.
Otro flanco débil es que FP, pese a sus intentos de marcar distancias del gobierno de Dina Boluarte, es considerado aliado de la gobernante que la gran mayoría de la población rechaza, según todas las encuestas.
Esa percepción se debe a coincidencias frecuentes entre ambas partes y hechos como el respaldo del Ejecutivo al polémico indulto a Fujimori, excarcelado en diciembre de 2023, antes de cumplir la condena de 25 años que recibió en 2009 como autor mediato de dos matanzas de civiles inermes. Y es juzgado por otra masacre similar.
Además, la bancada de FP, la más numerosa del Parlamento, votó en bloque contra mociones de vacancia (destitución) de la presidenta Boluarte, por el escándalo de los relojes Rolex de muy alto costo, que ha lucido en público por lo que es investigada por presunto enriquecimiento ilícito.
El fujimorismo cerró además filas con el gobierno durante la represión a las protestas contra el ascenso, por sucesión, de Boluarte a la presidencia, que dejaron un saldo de 50 muertos.
El activismo político y una eventual candidatura de Fujimori motivan el rechazo de organizaciones y activistas de derechos humanos como Ana María Vidal.
“No debería postular, sobre todo si está siendo procesado por un crimen de lesa humanidad”, dijo Vidal, quien señaló que podrría hacerlo por factores que escapan a lo legal como el poder político del fujimorismo.
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