Aumentar la inversión pública, también los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (Caifa) y la creación de la figura de un comisionado parlamentario para la Infancia, resultan algunas de las propuestas que se escuchan en mítines electorales.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la pobreza entre los menores de seis años cerró 2023 en 20,1 por ciento, cuatro décimas por encima del nivel que tenía en 2022 y 3,1 por ciento más del registro correspondiente a 2019.
El precandidato del oficialista Partido Nacional, Álvaro Delgado, planteó que será “el primer objetivo de nuestro gobierno bajar la pobreza infantil”.
La afirmación le valió críticas desde el opositor Frente Amplio (FA) al considerar que ello resulta una promesa incumplida del actual Poder Ejecutivo, en el que Delgado se desempeñó como secretario de la Presidencia.
Del otro lado, las bases programáticas del FA plantean la “eliminación” de la pobreza infantil y se proponen, de ganar las elecciones de octubre, reducirla de manera significativa en el próximo quinquenio.
A menor corto plazo el Frente procurará lograr la cobertura universal y diversificación de la atención en primera infancia, sobre todo de cuidados y educación, con propuestas flexibles y adaptadas a la diversidad de familias y los diferentes territorios.
El programa frenteamplista plantea el despliegue de equipos territoriales e interdisciplinarios que estrechen la relación interinstitucional, particularmente entre el sistema educativo y de salud.
Por su parte, el precandidato por el Partido Colorado, Robert Silva propone, “asegurar un determinado porcentaje de la inversión pública para atender las necesidades de los niños que nacen dentro de los sectores más vulnerables de la sociedad”.
Silva plantea crear la figura de un comisionado parlamentario para la infancia, “responsable de darles voz a aquellos que no la tienen”.
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