La fecha busca llamar la atención de los ciudadanos acerca de los peligros de la exposición a la contaminación acústica a largo plazo.
Este problema de salud pública debe ser atendido por la sociedad en su conjunto, pues afecta a las personas mientras duermen o realizan cualquier actividad.
Según la Organización Mundial de la Salud, la exposición a más de 70 decibelios durante un periodo prolongado puede producir daños graves en el oído, con consecuencias irreversibles.
Dicha problemática es de mucha complejidad sobre todo en las grandes ciudades, por sus altos volúmenes de tráfico, industrias o sector turístico y de ocio.
Las urbes pueden estar expuestas a ambientes sonoros superiores a los límites establecidos, perjudicando la audición y generando trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía isquémica y problemas cognitivos.
Incluso, algunos estudios revelan que el ruido podría estar asociado con la obesidad y la diabetes.
Asimismo, con otros efectos causados en el organismo humano como la socioacusia o déficit auditivo provocado por el ruido ambiental, cambios en la regulación del sistema nervioso central, cefalea y alteración del sueño.
Igualmente, estrés y alteraciones momentáneas en la conducta, como irritabilidad, fatiga, neurosis y depresión.
También, alteración del sistema circulatorio y digestivo, aumento de secreciones hormonales (tiroides y suprarrenales) y disfunción sexual, entre otras.
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