Pero también la izquierda, de modo contundente, arropa a Sánchez, después de su decisión de tomarse cinco días para valorar si merece la pena seguir, a raíz de los ataques incisivos de la derecha contra sus familiares y su persona.
Con el pistoletazo de arrancada de la campaña hacia las elecciones de Cataluña el 12 de mayo y la cercanía del Día Internacional de los Trabajadores, se suceden declaraciones de contundente apoyo al actual inquilino del Palacio de la Moncloa.
Una de las figuras de la cultura más respetadas y admiradas en España, el cineasta Pedro Almodóvar, hizo una pausa en el rodaje de su última película para expresar en una extensa misiva sus sensaciones.
“Esta carta abierta no es una sorpresa. No existe ser humano que resista lo que el más resistente de nuestros presidentes ha estado sufriendo los últimos años, en una escalada que supera todo lo imaginable”, escribió Almodóvar.
El ganador de dos Oscar (Todo sobre mi madre y Hable con ella) fue categórico al subrayar que “este momento merece un ¡BASTA YA! rotundo, furibundo”.
Junto con un llamado general de las fuerzas progresistas de España a concentrarse este sábado en las inmediaciones del edificio del Partido Socialista en Madrid, Izquierda Unida (IU) y el movimiento Sumar condenaron los ataques a Sánchez y su familia.
En un comunicado, IU remarcó que “el bloque reaccionario, conformado por las derechas políticas, el poder judicial, el económico y algunos medios de comunicación no asume la voluntad popular emanada de las urnas en las últimas convocatorias electorales”.
“El último episodio de una extensa guerra judicial -‘lawfare’- lo están sufriendo Pedro Sánchez y su familia. Aquí y ahora no caben intereses partidistas: todas las organizaciones que defendemos la democracia debemos repudiar sin matices la ofensiva contra el presidente del Gobierno de coalición”, sentenció el texto.
“Ante la ofensiva reaccionaria, movilización social, valentía transformadora y responsabilidad democrática”, recalcó Izquierda Unida.
Inesperadamente, dos días atrás Sánchez difundió una carta en su red social X (antiguo Twitter) en la que deslizó la posibilidad de dimitir. La razón principal, los ataques desmedidos a su entorno familiar, con su esposa, Begoña Gómez en primer plano.
Si vale la pena seguir o estamos contigo, son las frases de los últimos instantes por parte del ex jefe de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y la actual vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
Será el lunes cuando defina su posición la cual, de momento, nadie se atreve a anticipar.
Aunque conocido por su permanente espíritu de resiliencia y su mística de animal político, como lo reconocen en España, sin embargo, por primera vez afloró un punto débil en Sánchez.
Tras preguntarse si merece la pena seguir soportando esta situación de una andanada de ataques que llegaron a su familia, al autor del libro Manual de resistencia se le vio visiblemente contrariado.
Se refería a la denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, por supuesta corrupción, interpuesta por una organización de ultraderecha llamada Manos Limpias, sin pruebas. El propio sindicato admitió este jueves que tal vez carece de evidencia reales en el caso y la Fiscalía pidió desestimarlo.
El pronóstico de analistas consultados por diferentes espacios de tertulias política como La Hora de la Uno de TVE o Espejo Público de Antena 3, es reservado. La lógica diría, por el estilo de Sánchez, que seguirá al frente del Palacio de la Moncloa, pero es evidente que “disparar contra su mujer” toca fibras muy sensibles, coincidieron.
La derecha, encabezada por el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, no tuvo contemplaciones y calificó el paso de Sánchez de “victimización, en lugar de dar la cara ante los problemas de corrupción de su Gobierno”.
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