Situado en Constanza, provincia de La Vega, impresiona al visitante su profuso paisaje con altos pinos y árboles de ébano verde, las majestuosas montañas con distintos tonos y su rica biodiversidad.
Con una extensión de 902 kilómetros cuadrados, el sitio es hogar de más de 500 especies de plantas, de las cuales 138 son endémicas de Valle Nuevo, algunas ornamentales, medicinales, comestibles y aromáticas.
También aloja numerosas especies de anfibios, reptiles, aves y alrededor de medio centenar de mariposas. Entre los mamíferos de esta área protegida conocida como “Madre de las Aguas”, pues confluyen varios ríos que abastecen al país, sobresale la jutía, en peligro de extinción.
Entre sus muchos atractivos resalta la Pirámide Ciclópea, inaugurada en 1958, la cual consta de cuatro estructuras idénticas, hechas de bloques de piedras en forma de conos.
Edificada por el arquitecto Julio Hernández, en su interior la estructura forma una cruz. Historiadores afirman que fue esculpida por artesanos españoles en honor al dictador Rafael Leónidas Trujillo, a quien se debe la construcción de la carretera entre los municipios de San José de Ocoa y Constanza.
El punto donde está emplazada la pirámide, en la zona llamada “La Nevera” por las bajas temperaturas, marca la frontera entre ambos territorios. En la reserva científica Valle Nuevo también es posible apreciar uno de los picos más altos del país, el Alto de Bandera, de dos mil 842 metros, convertido en un reto para muchos alpinistas, y el salto de Aguas Blancas, que ofrece a los visitantes un refrescante baño mientras se admira su naturaleza.
(Tomado de Orbe)
