La Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (Unrwa) advirtió que junto a las condiciones extremas de hacinamiento, carencias y precariedad, los gazatíes en esa gobernación soportan además temperaturas de hasta 40 grados Celsius en esta temporada.
La mayoría de las familias en Rafah no tienen ni siquiera tiendas de campaña, y muchas viven bajo láminas de plástico de desecho, haciendo todo lo que pueden para sobrevivir, aseguró la entidad en un reciente informe.
Muchos desplazados tienen acceso a menos de un litro de agua al día para beber, lavarse y bañarse, a pesar de que los expertos consideran indispensable un mínimo de 15 litros para la vida diaria.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calificó como terrible la situación para los civiles, mientras los reportes desde el terreno advierten de intensos ataques contra Rafah, junto con decenas de víctimas mortales.
Los residentes enfrentan desafíos para acceder a servicios básicos como atención médica, agua potable e instalaciones sanitarias, en medio de un notable aumento de muertes y una mayor ansiedad por una inminente operación terrestre israelí a gran escala, dijo la OCHA.
De acuerdo con cifras de Naciones Unidas, al menos 17 mil niños perdieron a sus familias o fueron separados desde el inicio de la ofensiva israelí hace más de seis meses.
La mayoría de los menores quedaron además sin hogar, como resultado de la destrucción o daños contra más del 70 por ciento de las casas en el enclave.
Según la Unrwa, los más jóvenes pagan el precio más alto de la guerra, por lo que su futuro precisa protección.
Las escuelas, agregó la Agencia, se han convertido en refugios para la supervivencia y se ha suspendido la educación.
Los gazatíes viven con el temor constante de lo que pueda pasar en cualquier instante, lo que demanda un cese al fuego humanitario inmediato, recalcó.
npg/ebr
