Una nota publicada este martes en el sitio digital del diario Corriere della Sera refiere el criterio de que, con esta decisión, Moscú mostró que ese país “también puede imponer sanciones”, ante recientes medidas de naciones europeas que afectan económicamente a Rusia.
Ese medio informativo cita además la reciente confiscación en suelo ruso de la empresa germana Uniper y la filial alemana de la compañía finlandesa Fortum, luego de un fallo de un tribunal de Leipzig contra los activos alemanes de la petrolera Rosneft, propiedad de Moscú.
Un análisis divulgado por el periódico Avvenire hace alusión a las gestiones diplomáticas italianas para “tratar de salvar de la nacionalización rusa” a Ariston Thermo, una empresa del sector de las calefacciones y las tecnologías domésticas, tras una disposición que la convirtió en Gazprom Domestic Systems.
Como parte de esas gestiones, tras la firma el pasado 26 de abril de ese decreto por parte de Moscú, el embajador de Rusia en Roma, Alexey Paramonov, fue llamado a la sede de la cancillería italiana, donde el secretario general de la misma, Riccardo Guariglia, le expresó “la fuerte decepción del Gobierno italiano”, según un comunicado.
Paramonov, de acuerdo con una nota de la embajada rusa en Roma, «recordó a los interlocutores que Moscú siempre ha concedido especial importancia a las relaciones comerciales y económicas rentables y mutuamente beneficiosas con Italia”.
El diplomático enfatizó, según ese documento, que “la responsabilidad de las consecuencias negativas de su deterioro recae enteramente en las autoridades italianas que sacrificaron los reales intereses nacionales para participar en estériles y peligrosas aventuras antirrusas”.
El 19 de abril último, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, señaló que si occidente confiscaba sus activos congelados, su país se guiaría por el principio de reciprocidad, que prevé el derecho inalienable de represalia
La vocera alertó que Rusia tiene una cantidad significativa de fondos y propiedades occidentales en su jurisdicción que pueden ser objeto de sus acciones.
En marzo del presente año el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, presentó la propuesta de utilizar los beneficios de los activos rusos bloqueados para garantizar la ayuda militar a Ucrania, en su conflicto con Moscú.
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