Según la agencia ČTK, en el proceso de transformación, el Gabinete de ministros tendrá en cuenta la tendencia existente hacia el aumento de la esperanza de vida de los ciudadanos locales, aunque las enmiendas aún deben ser aprobadas por el parlamento.
De acuerdo con la fuente, se espera que sean finalmente aprobados en enero de 2025.
Los expertos señalan una tendencia constante hacia el envejecimiento de la población checa, lo que aumenta considerablemente la carga sobre el presupuesto.
En 2022, la esperanza de vida media de los hombres era de 76 años y de las mujeres de 82 años.
Las previsiones indican que en 2050 uno de cada tres residentes en la República Checa será pensionado.
Recientemente, el primer ministro, Petr Fiala, afirmó que la reforma de las pensiones era necesaria, la cual debería haberse llevado a cabo antes.
Muchos economistas locales coinciden con su opinión y hablan de la inevitabilidad de las transformaciones planeadas.
El año pasado, el gobierno gastó alrededor del 9,4 por ciento del PIB en pensiones. Se supone que un ciudadano checo podrá pasar una media de unos 21,5 años de jubilación.
Actualmente, los ciudadanos locales, tanto hombres como mujeres, pueden jubilarse al cumplir 65 años.
Mientras, el gobierno checo promete aumentar las prestaciones sociales y fijar la pensión mínima en el 20 por ciento del salario medio.
Durante marzo pasado, decenas de miles de activistas salieron a las calles de Praga y otras ciudades para exigir que no se tocara el sistema nacional de pensiones.
En las manifestaciones participaron representantes de sindicatos, empresas, colectivos laborales y profesores de escuelas secundarias.
Los trabajadores del sector metalúrgico abogaron entonces por la necesidad de hacer una excepción con los de profesiones pesadas, pues es difícil laborar en fábricas y talleres incluso hasta los 65 años actuales.
Recordemos que en los estados miembros de la Unión Europea en general existe el deseo de las autoridades de aumentar la edad mínima de jubilación.
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