De acuerdo con un comunicado oficial publicado en el sitio digital de ese organismo gubernamental, Tajani en esa cita, que la organización de la misma obedeció a que el diálogo con el mundo empresarial es algo “crucial en esta fase, para abordar la compleja situación rusa”.
En esa mesa redonda participó Mateo Zoppas, presidente de Agencia para la promoción en el extranjero y la internacionalización de las empresas italianas (ICE), funcionarios de los ministerios de Economía y de Empresas, así como directivos de la Confederación General de la Industria Italiana (Cofindustria).
También estuvieron presentes representantes de la Asociación Bancaria Italiana (ABI), de la Confederación Italiana de las Pequeñas y Medianas Empresas (Confapi), líderes de compañías italianas con importantes inversiones en Rusia y funcionarios de la embajada de este país en Moscú, entre otros asistentes.
Tajani aseveró que la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni tiene un alto interés en este problema y, en tal sentido, todos los ministerios pertinentes están trabajando para enfrentar esta situación, entre ellos el de Asuntos Exteriores, que está actuando en Roma, así como en la Unión Europea (UE) y ante el gobierno ruso.
El ministro se refirió a las medidas que se estudian actualmente, principalmente a nivel europeo, con el fin de obtener compensaciones para las empresas de la UE que enfrentan las consecuencias de medidas similares a las que afectaron a Ariston.
En relación con los fondos rusos congelados, reiteró que la actitud del Gobierno italiano “siempre se ha basado en el máximo equilibrio, teniendo en cuenta los intereses de las empresas italianas”.
Una nota publicada el martes último por el diario Corriere della Sera refiere el criterio de que con la nacionalización el 26 de abril de Ariston Thermo, Moscú mostró que ese país “también puede imponer sanciones”, ante recientes medidas de naciones europeas que afectan económicamente a Rusia.
El lunes 29 de abril el embajador de Rusia en Roma, Alexey Paramonov, fue llamado a la sede de la cancillería italiana, donde el secretario general de la misma, Riccardo Guariglia, le expresó “la fuerte decepción del Gobierno italiano”.
Paramonov, manifestó allí que Moscú siempre concedió especial importancia a las relaciones comerciales y económicas con Italia, y que su deterioro obedece a que el gobierno de este país sacrificó “los reales intereses nacionales para participar en estériles y peligrosas aventuras antirrusas”, según una nota de la embajada de Moscú en Roma.
El 19 de abril último, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, señaló que si occidente confiscaba sus activos congelados, su país se guiaría por el principio de reciprocidad, que prevé el derecho inalienable de represalia.
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