En declaraciones a la prensa, el primer ministro Jonas Gahr Støre dio a conocer la decisión del Gobierno de incrementar las aportaciones para la defensa en siete mil millones de coronas noruegas (unos 635,5 millones de dólares).
Con el anuncio de hoy y el de abril pasado, Noruega llegará a mediados de año al dos por ciento del PIB requerido por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sus países miembros, confirmó el dignatario.
Según explicó, el presupuesto militar del país subirá en 2024 desde los actuales ocho mil 300 millones de dólares hasta casi nueve mil 500 millones, en función de mejorar instalaciones, comprar medios de defensa aérea y entrenar nuevas tropas.
“Las inversiones que hacemos ahora son inversiones que debemos y podemos hacer. Y no podemos esperar”, alegó Støre.
Cálculos del “Transnational Institute” revelaron que los gastos bélicos de la OTAN ascendieron en 2023 a casi 1,3 billones de dólares, pero la cifra seguirá en alza dado los compromisos existentes.
El objetivo de la OTAN de dedicar el dos del PIB a gasto militar podría desviar 2,57 billones de dólares de la financiación climática de aquí a 2028, así como incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero, avala el estudio.
Esa cantidad dinero, alerta el informe, sería suficiente para financiar los costos para la adaptación climática de todos los países de ingreso bajo y medio durante siete años.
Si todos los miembros de la OTAN cumplen sus objetivos de gasto militar del dos por ciento del PIB, esto generaría aproximadamente 467 millones de toneladas adicionales de emisiones de gases de efecto invernadero, sostiene el análisis del Transnational Institute, junto con el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Stop Wapenhandel (Países Bajos) y Tipping Point North South (Reino Unido).
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