sábado 18 de mayo de 2024
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Abuna Yemata (+Foto)

Adis Abeba, 5 abr (Prensa Latina) A dos mil 580 metros de altura, la iglesia monolítica Abuna Yemata, en Etiopía, excavada en la ladera de un acantilado y con una caída escarpada de aproximadamente 250 metros a cada lado, es quizás el lugar de culto más inaccesible del mundo.

Para acceder a la edificación, ubicada en el distrito Hawzende, región norteña de Tigray, hay que cruzar caminando un puente de piedra natural y otro de madera muy estrecho; después, escalar una pared de roca vertical que depende por completo de asideros y apoyos para los pies —que deben estar descalzos ya que se considera tierra sagrada—, y, por último, recorrer una repisa de medio metro de ancho para llegar a la entrada del recinto.

Ya en el interior de la iglesia ortodoxa construida por San Abuna Yemata, uno de los nueve santos que vinieron de Siria, Constantinopla o Roma para llevar el cristianismo a Etiopía a finales del siglo V, destacan su cúpula, pinturas murales que datan de esa misma centuria y su arquitectura en general.

De igual modo, las paredes de arenisca adornadas con retratos de los protagonistas de la Biblia y representaciones de sus parábolas, así como otras pinturas alegóricas a las figuras del Antiguo y del Nuevo Testamento, perfectamente conservadas gracias al aire seco y la falta de humedad en el sitio.

Para llegar al lugar hay disponible un guía local y vanguardias en distintos puntos para asegurar que los visitantes sepan qué punto de apoyo usar y cual roca escalar, ayudados con las cuerdas.

Pese al difícil acceso a la cima de la montaña Debre Damo, donde se encuentra la iglesia Abuna Yemata, la subida de feligreses —incluidas madres con sus hijos cargados en la espalda, mujeres embarazadas y ancianos— para asistir a los servicios es muestra de los riesgos que se pueden llegar a correr por la fe.

(Tomado de Orbe)

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