Tras el cierre de ese paso fronterizo por las Fuerzas de Defensa Israelíes, el organismo advirtió del riesgo que enfrentan sus operaciones sobre el terreno mientras la población comienza a desplazarse de esa gobernación ubicada al sur del enclave.
El portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric, insistió en el respeto al derecho humanitario y la necesidad de poder tener acceso para los insumos tras el cierre de los cruces de Rafah y Kerem Shalom, únicos dispuestos para las actividades humanitarias.
Al mismo tiempo confirmó que mientras avanzan los diálogos, la falta de combustible y comida podría tener consecuencias catastróficas en esa área que acoge a más de un millón de palestinos.
«Se debe proteger a los civiles en Gaza y satisfacer sus necesidades básicas, ya sea que se muden o se queden. Quienes salgan deben tener tiempo suficiente para hacerlo, así como una ruta segura y lugares a donde ir», dijo a la prensa.
Las órdenes de evacuación del lunes del ejército israelí ya han provocado el desplazamiento forzado de decenas de miles de personas, agregó el vocero.
Muchos de ellos han sido desarraigados varias veces durante los últimos siete meses.
«No podemos acceder a los suministros nutricionales que necesitamos para tratar a más de tres mil niños con desnutrición aguda y no podemos acceder al combustible necesario para impulsar nuestros esfuerzos de respuesta», agregó.
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