Una visión con la que coinciden hoy numerosos analistas políticos y que, a ojos vista, no es difícil de adivinar.
Independentistas, conservadores, ultraderechistas y la izquierda liderada por los socialistas, se someten al escrutinio.
El primer problema en cuestión es la propuesta de ley de amnistía del Gobierno, actualmente en el Senado y que previsiblemente volverá al Congreso de Diputados para su aprobación definitiva en las próximas semanas.
Sin embargo, la puja entre Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana (ERC), que actualmente ostenta la administración de esta Comunidad Autónoma, agudiza las opiniones dividas.
Pere Aragonés, actual presidente de la Generalitat de Cataluña, promete convocar a un referendo de autodeterminación con algunas peculiaridades, mientras desde su exilio en Bélgica, el anterior mandamás de la zona, Carles Puigdemont (JxCat) apela al ‘voto de la revuelta’, para conseguir una victoria en las elecciones del 12M.
Desafiante, Puigdemont afirmó que volverá a Cataluña ‘sin tener que pedir perdón a ningún juez español’.
Sin embargo, hasta las encuestas dan favorito al candidato de los socialistas del PSOE, Salvador Illa, quien de todas formas no consigue consenso para formar un Gobierno de coalición en caso de triunfar.
La cuestionada Ley de Amnistía, en realidad, se tambalea, como también siguen entre algodones los apoyos obtenidos por Pedro Sánchez para lograr su segundo mandato al frente del Palacio de la Moncloa.
El papel de Puigdemont no parece muy constructivo con el Ejecutivo de Sánchez, ERC guarda distancia y el resto, con un peso menor, tampoco está por la labor de consolidar a una región que es potencia económica de España.
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