Tanto el ex jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Fernando Tuesta, como el promotor del movimiento Iniciativa Ciudadana, Julio Schiappa, enfocaron sus críticas en el reciente bloqueo a la reelección del titular de la mencionada entidad, Piero Corvetto.
Ambos coincidieron en considerar injustificada la decisión y Tuesta señaló que el único magistrado que votó contra Corvetto fue Marco Falconí, a quien retó a mencionar una razón técnico-jurídica para vetar al funcionario y dijo que el motivo son las acusaciones infundadas de fraude en los comicio de 2021.
La ratificación de Corvetto por otros cuatro años fue aprobada por cuatro de los cinco integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), pero necesitaba cinco de los siete integrantes del organismo que nombra, evalúa y destituye a jueces y fiscales.
Los otros dos magistrados de la JNJ fueron semanas atrás destituidos por el Parlamento y reincorporados por un fallo judicial que dejó sin efecto el Tribunal Constitucional, cuyas decisiones suelen resultar favorables al legislativo bajo control derechista.
El cese de los jueces fue considerado injustificado por Tuesta y Schiappa y el primero, experto de nivel nacional e internacional en la materia, refirió que Falconí sometió en la sesión evaluadora a Corvetto a numerosas preguntas que este respondió con solvencia.
Tuesta también señaló que las nuevas reformas que comenzó a procesar la mayoría parlamentaria apunta a eliminar la JNJ, dejar en manos el nombramiento de un órgano que la reemplace en manos del Legislativo.
Además, señaló, ese bloque pretende controlar el nombramiento de los nuevos miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) -tribunal electoral- y del reemplazante de Corvetto en el Reniec, organismo que elabora el padrón de votantes.
Schiappa señaló que las reformas congresales en marcha y otras tienen el fin de perpetuar el control del Estado por las fuerzas derechistas, a lo que han avanzado con nombramientos del actual Legislativo en altos niveles del sistema de justicia.
Denunció también los afanes de copamiento del aparato estatal que han afectado seriamente el equilibro entre los poderes del Estado y su independencia, contexto en el cual ubicó el veto a Corvetto y la intervención contra la JNJ.
Explicó que el escenario se parece cada vez más al autogolpe de Estado de 1993 del entonces presidente Alberto Fujimori -cuyos seguidores son la primera fuerza congresal e impulsan las polémicas reformas- y opinó que no todas las fuerzas conservadoras ni sectores empresariales participan en el proyecto derechista.
Según Schiappa, las fuerzas políticas sociales y empresariales deben abrir un diálogo para conformar un bloque de las políticas, sociales y empresariales ajenas al proyecto autoritario, para cerrarle el paso.
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