Durante una conversación telefónica, ambas partes abordaron la crisis en Gaza, incluido los esfuerzos de El Cairo para alcanzar un alto el fuego, precisó en un comunicado el vocero presidencial, Ahmed Fahmy.
El mandatario y la máxima figura de Naciones Unidas coincidieron en buscar una solución negociada, evitar ampliar el círculo del conflicto y aumentar la entrada de ayuda humanitaria a ese enclave costero de manera sostenible y sin obstáculos.
También advirtieron de las enormes consecuencias humanitarias de las operaciones militares israelíes en la ciudad de Rafah, donde están refugiados más de un millón de palestinos, precisó el portavoz.
Los dignatarios hicieron énfasis en la necesidad de trabajar para garantizar el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, que incluya la creación de un Estado independiente de conformidad con las normas internacionales, destacó.
En los últimos días la tensión aumentó en torno a la sureña urbe de Rafah, que parece ser el próximo blanco de Israel.
Las tropas de ese país ya ocuparon el cruce fronterizo de igual nombre, que durante los últimos siete meses representó la única puerta de entrada a Gaza de alimentos, medicinas y combustible.
El primer ministro Benjamin Netanyahu amenazó con ordenar a sus tropas entrar en la localidad, pese a la ola de críticas internacionales a una acción de fuerza en medio de una zona densamente poblada de civiles, la mayoría mujeres y niños.
En respuesta, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) advirtió hace días a Israel que su entrada a Rafah “no será un paseo”.
Una fuente egipcia afirmó esta semana a la televisora Al-Qahera News que este país está listo para todos los escenarios tras el asalto israelí al lado palestino del cruce de Rafah, aunque no asumirá ninguna responsabilidad de seguridad en la Franja.
En declaraciones al medio noticioso, “una fuente bien informada” explicó que El Cairo advirtió a la vecina nación sobre la gravedad de la escalada tras la incursión de sus tropas en ese paso fronterizo.
La Cancillería egipcia condenó también el asalto del Ejército al considerar que amenaza la vida de más de un millón de palestinos refugiados en la zona.
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