La magistrada Jenny Book, designada por la Corte Suprema para investigar el caso, no descartó la realización de una segunda autopsia al cuerpo de Franco Vargas para determinar con exactitud las causas de su fallecimiento durante una caminata.
Tras ese ejercicio, realizado sin ropa de abrigo a una altura superior a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar, y con muy bajas temperaturas, 45 soldados del servicio militar fueron ingresados a un hospital por problemas respiratorios.
Este jueves el general de brigada y director del Hospital Militar de Santiago, Francisco Silva, confirmó que dos de ellos presentaban un shock séptico severo y a uno fue necesario amputarle una mano.
Ambos están graves y se les mantiene bajo sedación en ese recinto hospitalario, señaló Silva.
Más de 140 reclutas pidieron su baja del Ejército, la cual fue autorizada luego de firmar una declaración donde hacían constar que nunca fueron objeto de maltratos, ni abusos durante su permanencia en la institución.
Según el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Javier Iturriaga, ese texto no es una acción coercitiva en este caso, sino que forma parte de los protocolos militares. “Es un documento absolutamente normal”, dijo.
Mientras, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INHD) denunció que los reclutas sufrían golpes de pies y puños por parte de sus superiores en cualquier contexto y momento.
Durante las caminatas no les entregaban el equipamiento necesario, a pesar del intenso frío por la noche y la irradiación solar en el día, debido a la altura de la comuna de Putre, donde está ubicado el cuartel.
Además eran sometidos a privación del sueño y vivían y comían en pésimas condiciones higiénicas, precisó el INDH.
Dos altos mandos y un grupo de suboficiales fueron suspendidos de sus cargos, si bien las investigaciones para determinar responsabilidades apenas están empezando.
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