A Mancuso le será sustituido el régimen de internamiento, que cumplía en un patio de máxima seguridad de la Cárcel La Picota de Bogotá, por unas nuevas medidas que implican la firma de determinados compromisos pero que no prevén el encarcelamiento.
La Corte determinó que desde su arribo al país el pasado 27 de febrero procedente de Estados Unidos, aportó a la verdad a los distintos tribunales de Justicia y Paz, mostró disposición de no volver a delinquir, y accedió a entregar bienes en respuesta a una orden de la Fiscalía General de la Nación.
Según se decidió, continuará bajo la competencia de Justicia y Paz, sumado a otros procesos que pueda llevar en contra el exjefe paramilitar.
Será asimismo remitido a la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), con el fin de continuar con el proceso de resocialización, seguir aportando a la verdad y notificar ante cualquier cambio de domicilio.
Mancuso, sobre quien pesaban alrededor de siete mil 500 hechos criminales, fue nombrado como gestor de paz por el presidente Gustavo Petro para ayudar a esclarecer los vínculos que unían a los altos mandos del país con los paramilitares a finales del siglo pasado e inicios de este.
El pasado 10 de abril, la Sala de Reconocimiento de Verdad de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia lo convocó para que ofreciera su versión sobre las masacres de La Granja, en junio de 1996, y de El Aro, en octubre de 1997, en Antioquia, al noroeste del país.
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