La herramienta también prevé el impacto del clima en las concentraciones de polen y predice, en tiempo real, hacia dónde se transporta, por lo cual las personas alérgicas podrán ajustar sus actividades al aire libre y sus medicamentos.
Dicha herramienta es un módulo del sistema experimental de predicción del tiempo y la química atmosférica de Rapid-Refresh Chemistry (RAP-Chem), encargado este último de realizar la predicción del tiempo y la calidad del aire de próxima generación que simula la química y el transporte en fase gaseosa y de aerosoles. Cada 24 horas, el modelo produce un pronóstico de dos días para el ozono, el humo, el polvo y otros parámetros relacionados con la calidad del aire y la química atmosférica, incluido ahora el polen.
RAP-Chem también tiene en cuenta la influencia que el polen, el polvo y el humo pueden tener en el clima, aclara el informe de la NOAA.
Los granos de polen como todas las partículas suspendidas, dispersan la luz solar, sirven como semillas para formar nubes y afectar la temperatura, la visibilidad y las precipitaciones.
El polen se emite durante el día, impulsado principalmente por los vientos simulados por el modelo y en la noche, las emisiones se detienen y las concentraciones de polen disminuyen a medida que las partículas se depositan en el suelo.
Por otro lado, la lluvia también tiende a limpiar el aire y reducir la cantidad de polen, aunque las corrientes descendentes frías creadas por las tormentas pueden concentrar partículas de polen, empeorando la picazón en los ojos o el asma, señalan los investigadores.
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